martes, 22 de junio de 2010

Poquita democracia, por favor

Zona de Tolerancia



Por Rodrigo Vidal

En la historia de las sociedades modernas que emergieron tras décadas de gobiernos dictatoriales, el voto libre fue el clímax que alcanzó todo pueblo sometido, pues los ciudadanos depositaron en el voto su “poder” para decidir qué tipo de autoridades y gobierno tener.

El voto se convirtió en la expresión máxima de la democracia y hoy es lamentable que en México sea la única. En 14 días, nueve estados del país, entre ellos Veracruz, estarán celebrando elecciones, el único ejercicio “democrático” donde los ciudadanos tenemos permitido participar, pues en los años intermedios nos mantienen como meros espectadores de las políticas públicas que aplican “nuestros gobernantes”.

Quien considere lo contrario, que lance el primer voto.

Hace un año, en mayo de 2009, se presentó la primera Encuesta Nacional sobre Discordia y la Concordia, que realizaron la consultoría ZIMAT, la fundación “Manuel Arango” y la revista Nexos. En el análisis de los resultados de la encuesta, tanto políticos como ciudadanos quedamos reprobados en democracia. “La democracia está en las urnas y en los discursos pero no en las conciencias ni en las costumbres de los mexicanos”, esa fue la conclusión tajante.

En su momento el consultor de ZIMAT, José Carlos Castañeda dijo que la encuesta presenta la evaluación de dos niveles de la democracia “por un lado la clase política salió reprobada en términos de comportamiento democrático, pero por el otro lado, también los ciudadanos estamos reprobados, pues no salimos mucho mejor. Éste es un dato interesante. Hay altos niveles de intolerancia a las diferencias políticas entre los mexicanos”.

Después de los procesos electorales de 1997 y 2000, a México llegó la pluralidad partidista, pero poco provecho se ha podido sacar de ella, pues ha resultado difícil conciliar y cumplir acuerdos. Hay resultados interesantes en la encuesta sobre la percepción ciudadana acerca de los políticos y su ejercicio.

Se pidió a los encuestados calificar a los políticos en una escala del uno al diez sobre: si son tolerantes a las diferencias políticas, por lo cual recibieron una calificación de 5.4. Y si los políticos aprueban leyes en busca del beneficio común, obtuvieron un 5.3.

Otra pregunta fue: “Por lo que han visto o escuchado, ¿el estilo de hacer política en México es?” El 49 por ciento de la población mencionó que los políticos buscan conciliar intereses para llegar a acuerdos, mientras que el 34 por ciento manifestó que buscan imponer sus opiniones. Un 17 por ciento dijo que los políticos buscan el enfrentamiento. Es decir, menos del la mitad de la población mexicana piensa que la clase dirigente pueda llegar a una negociación a favor de la colectividad.

En la parte de los ciudadanos, los resultados tampoco son favorables. Por ejemplo, les preguntaron si participaban en foros y reuniones con autoridades: el 52 por ciento dijo que participaría pero actualmente no lo hace, mientras que sólo 20 por ciento dijo que sí participa en esta actividad. Y sobre su participación comunitaria para resolver problemas de inseguridad: un 62 por ciento declaró que participaría, pero no lo hace.

Por fortuna hay cada vez más personas interesadas que trabajan en cambiar este concepto de democracia electoral por una más participativa, pero es necesario generar el debate en diferentes escenarios, como los medios de comunicación, la familia, las escuelas, las instituciones, entre otros espacios.

Dejemos de ser una sociedad con una democracia de baja intensidad, que se limita sólo a votar el día de la elección y se cruza de brazos el resto del ejercicio público de la autoridad electa. En Veracruz tenemos la oportunidad nuevamente de hacerlo.

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