miércoles, 4 de noviembre de 2009

La lección del fuego

Zona de Tolerancia
-La lección del fuego
-Seguridad de Miedo II

Por Rodrigo Vidal


El incendio del Mercado Poza Rica deja una lección sobre muchas otras que se pueden sacar de esta tragedia: no estamos preparados para sucesos de tal magnitud. Ni los locatarios, ni las autoridades, ni los cuerpos de seguridad y auxilio, ni los ciudadanos en general, dieron muestras de saber qué hacer.

El caos que se generó por el fuego los locales del “área vieja” del mercado, tiene origen en la desorganización institucional y civil en caso de emergencias, pues todos demostraron que no saben cómo actuar ante tragedias tan grandes como la ocurrida el pasado jueves, la cual se pudo prevenir.

Los más reprobados en este lamentable examen fueron los elementos de Tránsito del Estado, que no pudieron contener el caos vehicular en las calles aledañas al mercado en llamas. Había presencia de elementos, pero sin hacer nada. Lo mismo detener la llegada de curiosos que entorpecían la labor de los elementos de personal de Contraincendio de Pemex, que ante la falta de un cuerpo de bomberos municipal, actuaron para extinguir las llamas. Es más, fueron los únicos que se llevaron las palmas.

La gente que llegaba al mercado siniestrado a curiosear ayudaba en nada, eso incluyó a mucho personal del Ayuntamiento, que también terminó estorbando. Varios locatarios, que en su desesperación por rescatar sus bienes, entraban desesperados al mercado por la mercancía de sus negocios, también tomaron una actitud imprudente, desesperada y entendible quizá, pero que puso en riesgo su seguridad.

El calor, la desesperación, la histeria, el caos vial, gente corriendo de un lado a otro, los gritos, todos esos y más elementos generaron una situación que evidenció la manera de actuar que cada uno tiene ante esas tragedias, y que está cargada de ignorancia, de solución, de falta de orden.

Sin embargo, el hecho que fue el colofón del incendio, lo protagonizó el policía que comenzó a disparar contra una comerciante, bajo el argumento de que “no se quería detener y me iba a atropellar”, acción que después validó el coordinador de la Policía Intermunicipal, Juan Carlos Novoa.

Apenas la semana pasada comentábamos sobre la inseguridad que de pronto representan para los ciudadanos comunes los cuerpos de seguridad del Estado, y como ejemplo exponía el caso de Irma, la mujer que fue maltratada frente a su esposo y su menor hija de cuatro años, por elementos de la Agencia Veracruzana de Investigación a quien confundieron con una asesina, y después de ver su credencial sólo dijeron “ésta no es” y se fueron.

La anécdota del pasado jueves puso en entredicho la –falta de- preparación que tienen los policías, y ahora le tocó el turno a un elemento de la Policía Intermunicipal Poza Rica-Tihuatlán-Coatzintla, disparando a un comerciante. Es para sentirse más inseguro con estos elementos a un lado. Si tiene comentarios sobre el tema, quejas o sugerencias, escriba aquí:
(16 de octubre de 2009)

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