lunes, 10 de agosto de 2009

De reversa

Zona de Tolerancia

Por Rodrigo Vidal


Los retrocesos en el país ocurren en los sectores más vulnerables de la sociedad, donde además se suponen existen mayores recursos para combatir, frenar, abatir, revertir, esos rezagos, pero ocurrió todo lo contrario.

El mes pasado vimos que varios diarios nacionales publicaron sobre el aumento de la pobreza en México, en lo que va del sexenio. El año pasado la mitad de la población estuvo imposibilitada para cubrir necesidades básicas como educación, salud, alimentación y transporte.

Así, “el número de mexicanos en pobreza patrimonial pasó de 46.1 millones a 50.6 millones entre 2006 y 2008”, según información del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), dependiente de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol).

El análisis sobre las causas de este problema, tomando en consideración todos los programas sociales que existen para combatir la pobreza, sigue en debate y son muchas las vertientes por donde se puede tomar. Sin embargo las cifras de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares, indican cómo se perdió el poder adquisitivo, y después de que “la pobreza tuvo una tendencia decreciente entre 1992 y 2006, al pasar de 53.1 a 42.6 por ciento de personas en pobreza patrimonial, para 2008 el porcentaje subió a 47.4 puntos”.
En 2008, 19.5 millones de los mexicanos (18.2 por ciento), estaban en pobreza alimentaria. Sus ingresos mensuales per cápita, menores a 949 pesos en el área urbana y de 707 en la rural, les impidieron adquirir una mínima canasta alimentaria, aún si destinaran todas sus entradas a ese fin. De esos mexicanos, 7.2 millones estaban en zonas urbanas y 12.2 millones en las rurales, donde la pobreza alimentaria afectaba a 31.8 por ciento de los habitantes.

Pero los indicadores también toman en consideración aspectos laborales, salariales, el acceso a los servicios de salud, educación, tasa de natalidad y mortalidad.

Y si se pensaba que la situación no podía empeorar, recientemente varios representantes de organizaciones civiles de derechos humanos, hicieron un reclamo y una crítica a la actuación de José Luis Soberanes, como presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), pues durante su período aseguran que México retrocedió, sobre todo en materia de derechos de las mujeres y abusos cometidos por el Ejército.

El señalamiento lo hacen también representantes de organismos internacionales, como la Corte Interamericana de Derechos Humanos, donde existen 30 casos en contra del Estado mexicano.

La CNDH “se debilitó” como consecuencia del actuar de su actual presidente, quien, consideran los representantes de las organizaciones, se mueve bajo principios “morales”, dio la espalda a los lineamientos internacionales sobre derechos humanos y vio al organismo como un “trampolín” para asegurar su futuro político. Un ejemplo de ello fue el recurso de inconstitucionalidad que José Luis Soberanes presentó el 24 de mayo de 2007, ante la Suprema Corte contra la reforma al Código Penal del Distrito Federal sobre la despenalización del aborto durante las primeras 12 semanas de gestación. Días después se conoció que realizó esta acción sin consultar al Consejo Ciudadano de la comisión.

“Sus criterios han sido arbitrarios, por conveniencia política y actuando bajo sus propios intereses”, dijo Luis Arriaga, director del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez.

Y la lista de las organizaciones sobre la actuación de la CNDH, con Soberanes al frente, gira sobre este mismo tema, pero esta vez porque la acción del ombudsman influyó para que en 14 estados de la República “se presentaran reformas constitucionales para proteger la vida desde el momento de la concepción” y en la exposición de motivos de varias de esas iniciativas copiaron los argumentos que presentó Soberanes en su recurso de inconstitucionalidad, como lo dijo Blanca Rico, coordinadora de políticas públicas y enlace interinstitucional del Grupo de Información en Reproducción Elegida (GIRE).

Los asesinatos en Ciudad Juárez, los abusos de militares, el asesinato de defensores de grupos civiles de derechos humanos, son parte de estas situaciones que demuestran un retroceso en materia de defensa de los derechos humanos. Más lo que se acumule, pues si de retrocesos hablamos, no sólo pobreza y derechos humanos, también educación, seguridad, deporte, investigación, ciencia, industria, inversión, y demás etcéteras, se sumarán a la lista.

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